Lo que es seguro es que Dios nos llama a partir de nuestros sueños más profundos, nuestros deseos más hondos, no pasa por encima de nosotras pidiendo algo que no queremos.

La vocación surge desde la curiosidad, ¿y si yo fuera…?, ¿cómo puedo servir a los demás?, ¿cómo sabría la madre de mi colegio que tenía vocación?, ¿cómo escuchó la voz de Dios la misionera?, ¿hay efectos especiales en el llamado?

Estas preguntas tienen que ver con una experiencia de Dios que inquieta, desestabilizan, que dan ganas de servir a los demás y lanza en su búsqueda.

Si sientes que en tu vida hay un vacío, que deseas dejar huella en otros y en el mundo.

Si has tenido un encuentro con Dios y te cuesta hablar de él porque es demasiado íntimo, puede ser que tengas vocación.

Atracción por nuestra misión y formas de apostolado y capacidad de adaptación a diferentes maneras de vivir, que implica establecer buenas relaciones interpersonales.

Algunos requisitos son:

• Estar bautizada y haber hecho la confirmación
• Certificado de buena salud y prueba psicológica
• Tener mínimo 18 años y máximo 30 años
• Nivel de Educación Media Superior y capacidad de proseguir los estudios
• No haber sido novicia o profesa de otra congregación
• Ser soltera, no haber estado casada ni tener hijos
• Estar libre de deudas
• Hacer una petición por escrita a la Superiora Provincial

En el acompañamiento trabajas unas fichas que compartes con la acompañante después de contestarlas y orarlas.

Si estás estudiando la licenciatura puedes iniciar el proceso de acompañamiento.

• Dos años de postulantado
• Dos años de noviciado
• Cinco años de juniorado

Son promesas que hacen los religiosos, mediante las cuales  se comprometen a amar y servir a Dios y son tres:

• Pobreza: renunciar a acumular, compartiendo solidariamente.
• Castidad: amar a todas como hermanas y amigas.
• Obediencia: estar disponible a la misión a la que se necesite.

Se dividen en temporales y perpetuos:

Temporales: Se hacen terminando la formación del noviciado y por un tiempo especifico.

Perpetuos: significa para toda la vida. Se realizan después del proceso de juniorado, es decir, al finalizar el compromiso temporal.

Después de todo este tiempo de formación, si te sientes confirmada y contenta prometes permanecer en la congregación, y por el contrario, si durante tu proceso de formación confirmas que  no es el estilo de vida que quieres seguir viviendo, puedes, en discernimiento acompañado, salir de la congregación.

https://www.jesusmariamexico.org/provincia/

Como toda decisión, existe miedo. Casi todas lo experimentamos al ingresar a la Vida Religiosa. Forma parte del proceso y es natural que se sienta, vale la pena mirar si junto al miedo hay una paz profunda, ésta viene de Dios.