Hace unos días tuvimos la fortuna de escuchar la conferencia “Claudina, mujer de relaciones” con la hermana François Barras RJM, y entre lo compartido nos dio algunas claves de como nuestra fundadora puede ser un referente hoy en día para la construcción de paz. En un mundo que a menudo parece estar lleno de sombras y desesperanza, a veces necesitamos un faro de esperanza y solidaridad para iluminar nuestro camino. Claudina Thévenet, una figura inspiradora, nos muestra cómo la bondad y la compasión pueden brillar incluso en los momentos más oscuros de la historia.
Solidaridad en Tiempos de Adversidad
Claudina Thévenet vivió en una época tumultuosa durante la Revolución Francesa. En lugar de sumirse en la desesperanza ante el sufrimiento que la rodeaba, compartió solidariamente las cargas de sus conciudadanos. Su corazón sensible la llevó a buscar soluciones solidarias para las secuelas de la revolución.
A pesar de los horrores que presenció durante la Revolución y la terrible muerte de sus hermanos, Claudina Thévenet se negó a dejarse llevar por el desánimo. En lugar de eso, sanó sus relaciones y encontró propósito en el servicio gratuito y desinteresado. Nos enseña que ayudar a los demás puede ser una fuente de renovación y esperanza.
El Poder Transformador del Perdón
Uno de los momentos más conmovedores en la vida de Claudina fue la frase de sus hermanos antes de su ejecución: «Perdona como nosotros perdonamos». Esta frase la llevó a descubrir el poder del perdón como una forma de sanación interior. El perdón, en su caso, no solo fue un acto de clemencia, sino también una puerta hacia una transformación personal. A través del perdón, Claudina liberó su corazón de la amargura y la venganza, optando en su lugar por dedicarse a curar las heridas de otros causadas por el odio y la guerra.
Claudina Thévenet nos recuerda que el perdón no es simplemente absolver al otro, sino sanar nuestras propias heridas internas. Su cambio radical de perspectiva, su rechazo a la desesperanza y su elección de enfocarse en la bondad y el cuidado de los demás son ejemplos conmovedores de cómo el perdón puede llevarnos a una sanación profunda.
En un mundo sediento de paz y solidaridad, la vida de Santa Claudina Thévenet nos inspira a abrazar la esperanza, practicar la solidaridad y buscar la sanación a través del perdón. Su legado perdura como una luz en medio de la oscuridad, recordándonos que, incluso en los momentos más oscuros de la historia, la bondad y el amor pueden prevalecer.
—Fer Ochoa