ASÍ VIVÍ EL XXVII ENCUENTRO NACIONAL MEJ 2018

por | Mar 1, 2018

Por Ana Irene Mosig Mercadillo. Alumna y Monitora del colegio Regina y Presidenta del MEJ

Una vez más los nervios y la emoción se acumulan: ¿Me van a querer? ¿Cómo son las personas entusiasmadas también con el carisma y espiritualidad de Jesús María en otras partes del país? Son las preguntas que nos hacemos todas las participantes del Regina la primera vez que vamos a un encuentro del MEJ.
Quiero empezar contando un poco acerca de mí, de cómo he sido cotidianamente y, sobre todo, cómo tiendo a ser al regresar de un encuentro de MEJ.
Mi nombre es Ana Irene y, siendo sincera, nunca me imaginé lograr tanto gracias a cuatro días al año. Antes de mi primer encuentro me consideraba una niña muy insegura (aún lo soy, pero de manera más consciente), me cuesta trabajo creerme que soy capaz de hacer las cosas; por lo mismo, tal vez, no desisto hasta lograr lo que me propongo.
Llevo en MEJ toda mi vida y siempre ha sido un escape al encuentro conmigo misma y, con otras personas, todos coincidiendo en el llamado de Jesús.
Cuando me ofrecieron ir al Encuentro Nacional por primera vez, tengo que admitir, tuve miedo de sentirme sola y no ser aceptada como soy. Me perdí de mi primer Encuentro. Error. . No sabía en aquel entonces lo cerca que de Jesús me habría sentido.
No sabía que estar en un Encuentro es un momento para darte cuenta de lo valiosa que eres y no tenerle miedo a nada; aprender a hacer amigos, no sabía que al estar ahí el testimonio de otras personas me impulsaría a ser yomisma, una persona más espiritual; tampoco sabía que me sentiría parte importante de algo especial (porque cada uno de los que asisten a los Encuentros no son uno más, son un miembro de una familia).
Ahora, cada año, me impresiona más lo que vivo en los Encuentros y, lo admito, me doy cuenta de lo esencial que es disponerme entablar un proceso de autoconocimiento. Cada año me llevo algo nuevo, muchas amistades nuevas y una relación más íntima con Jesús.
Pero, ¿cómo funciona un encuentro? Asisten jóvenes del Colegio Mérida, del Avelino, del Claudina Thévenet, del Balancán y, claro, del Regina. Todos, colegios animados por el carisma y espiritualidad Claudina. Este año rompimos lo habitual, el Encuentro Nacional tuvo algo de internacional: acogimos a personas de Perú que vinieron a conocer lo que es el MEJ para llevarlo a su país.
Cada año los monitores del MEJ tenemos planeadas actividades centradas en un tema en común, el cual este año fue “Respondemos a los desafíos de la humanidad como Claudina”. Son días llenos de juegos, risas, nuevas amistades pero, más que nada, son días de aprender a reflexionar desde lo cotidiano de la vida, buscarle sentido a las cosas que suceden y encontrar el por qué y para qué de la vida.
Ésta vez las premonitoras fueron clave importante para lograr que éstos días fueran irremplazables para todos los que servimos; las monitoras estamos agradecidas y emocionadas de que sean parte de nuestro equipo porque sabemos que en ellas Dios estuvo presente todo el tiempo.
Este año, ya sabemos, la Congregación de Jesús María cumple 200 años desde el Sí de Claudina al proyecto de Dios. Por eso, entre lágrimas y emoción, tuvimos el honor de recibir a la Madre General Mónica Joseph, quien con su carisma nos dejó un mensaje clave para que seamos parte del mundo mejor que buscamos todos: “Ser aquella persona que se detiene al ver al prójimo necesitado”.
Seguida de esa gran visita, nos acompañó María Herrera, mujer que ha pasado por momentos muy difíciles en su vida a causa del gobierno corrupto en México; nos hizo mirar el otro lado de la moneda de lo que vivimos nosotros, nos hizo sentir parte importante del futuro de esta situación.
Para mí recibir a estas dos mujeres fue una inspiración total porque ambas tuvieron dificultad para llegar a donde están hoy y, aun así, influyen en la sociedad de maneras muy distintas. Estoy segura de que ambas nos movieron el corazón a todos los participantes, nos impulsaron al hacernos reconocer la alegría y tristeza lo que nuestras decisiones pueden causarle al mundo que estamos construyendo
De este último Encuentro he salido dejando un pedazo de mi corazón en todas las personas que hicieron de éste el mejor Encuentro hasta ahora, sabiendo lo que mis intenciones y actos pueden influir en la vida de alguien. Estoy agradecida por la oportunidad que me dio Diosde encontrarme con personas que cambiaron mi vida y a quienes ahora admiro mucho. También por haberme dado la oportunidad de estar en Jesús María donde me doy cuenta de que no solo se tiene una familia de sangre, si no una familia de ideales y corazón. Por todo, puedo decir plena de confianza: “Mientras dormía, Dios preparó un encuentro lleno de milagros para mí”.
¡Porque MEJ, más que un movimiento, es un estilo de vida!

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